¿Cómo saber si me están manipulando?
/¿Qué es la manipulación?
La manipulación es una forma de maltrato psicológico. Puede ser más o menos intencionada, pero su efecto es siempre el mismo: conseguir poder y control sobre otra persona.
Tipos de manipulación
Poner nombre a los tipos de manipulación psicológica nos puede ayudar a identificarlos. A continuación explicamos algunos de los más comunes:
Refuerzo intermitente: momentos agradables que se alternan con otros desagradables. Una "montaña rusa emocional".
Luz de gas: tergiversar lo que ha pasado, negar lo que se ha dicho o hecho y hacerte dudar de tu memoria o percepción. El clásico "dar la vuelta a la tortilla".
Love bombing: excesiva atención y afecto en fases iniciales para enganchar emocionalmente.
Ley del hielo: ignorar, dejar de hablar y castigar con el silencio de un día para otro.
Victimismo o “pity play”: la persona que manipula te hace creer que ella es quien sufre, quien está rota o quien merece compasión.
Triangulación: introducir a una tercera persona como amenaza.
Invalidación: minimizar tus emociones, opiniones o decisiones.
Castigo encubierto: es muy sutil, como un “tú verás” seguido de actitudes raras si no haces lo que quiere.
Desacreditación: señalar tus fallos y las causas de tus errores ("es por tu forma de ser, eres muy así o asá") consiguiendo que desconfíes de tu voz interna. No se centra en el hecho en concreto, si no en que el fallo eres tú como persona.
Desacreditación del entorno: critica a tus amistades, familia o intenta aislarte de ellos.
Humor hostil: bromas que te humillan (en privado o en público) y que si te molestan "es problema tuyo porque no sabes divertirte".
Responsabilizarte de sus emociones: te dice cosas como “mira cómo me pones” y acabas creyendo que tienes la culpa de cómo se siente.
Estas conductas no son exclusivas de las relaciones de pareja. Aparecen también en vínculos familiares, laborales o de amistades.
Efectos del maltrato psicológico
No hay que subestimar el impacto del maltrato psicológico ni normalizar ciertos comportamientos. El maltrato produce problemas reales: ansiedad, culpa, baja autoestima, disociación, una confusión constante...
Lo más grave es que muchas veces la víctima no se ve como tal y puede creer que ella es el problema. Se dice a ella misma que es demasiado sensible, que exagera, que tiene que aguantar o entender más. Incluso puede sentir que está maltratando a la otra persona porque se defiende con ira o frustración.
El maltrato psicológico quita agencia, produce indefensión y bloquea el criterio propio. Además, muchas veces, la víctima se vuelve su propia crítica interna: automaltrato como continuación del maltrato externo.
Señales de alerta
Miedo a enfadar a la otra persona
Dudas constantes sobre uno mismo
Aislamiento progresivo
Sentirte culpable por cómo se siente la otra persona
Buscar explicaciones una y otra vez
Sentirte como una persona “loca” o “exagerada”
Problemas físicos sin causa aparente
Sentir que estás mintiendo mucho (para evitar conflictos o castigos)
¿Qué hacer desde la terapia?
No siempre se puede (ni se debe) romper la relación de entrada. A veces el primer paso es fortalecer otras áreas de la vida, para que la relación abusiva pierda poder.
La clave está en trabajar la agencialidad: recuperar control, reforzar relaciones saludables, cuestionar atribuciones internas (“es que yo soy así”) y construir nuevas formas de cuidado hacia uno mismo.
Acompañar sin imponer
Salir de una relación de maltrato psicológico puede ser un proceso largo. Como profesionales o como entorno cercano, nuestro papel no es forzar salidas, sino crear contextos donde sea más posible elegirlas. Y eso requiere paciencia, estrategia, validación y mucha escucha.
Si te sientes identificado y quieres empezar un proceso terapéutico, aquí puedes pedir una cita. Nos encantaría ayudarte.
Laura Gil García
Artículo escrito por Laura Gil García | Marketing Digital en Libertia Psicología